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¿Cómo proteger a tus aves de los depredadores?

Urraca, cuervo, ratas, ratones y zorros, son muchos los que quieren entrar en tu gallinero y comerse a sus inocentes inquilinos o robar sus huevos… ¡De ahí la importancia de poner en marcha un sistema de vigilancia digno del de una penitenciaría! En este artículo te damos algunos consejos para proteger a tus aves y sus huevos de los depredadores.

Enemigo número uno: el zorro

El zorro es uno de los depredadores más terribles en los gallineros. Es principalmente en verano, durante el periodo de cría, cuando este animal comete los daños más grandes en los criaderos. Es capaz de cavar agujeros para entrar en el corral o trepar por él para conseguir sus fines. Para evitar que tus gallinas sean las víctimas, el gallinero debe ser asegurado cerrándolo cada noche.

Dispositivos anti-zorros

Algo fácil de aplicar para proteger a tus aves, especialmente contra la escalada de la valla, es un alambrado inclinado hacia el exterior del corral. Esto es suficiente para evitar intentos de intrusión.

De la misma manera, para evitar cualquier deterioro de la parte inferior de la valla, particularmente si el alambrado utilizado es bastante fino, es buena idea duplicarlo hasta una altura de unos cincuenta centímetros para que los depredadores no lo puedan romper con sus dientes.

Por último, para asegurar al máximo el gallinero, lo más eficaz es disponer de puertas automáticas que se abren y se cierran en función de la luz solar. Por la noche, todas las gallinas se quedarán dentro y podrán volver a salir al amanecer.

¿Cómo prohibir el acceso de los roedores al gallinero?

El zorro no es el único depredador a temer para las gallinas. El gallinero atrae efectivamente a los roedores en busca de calor y alimento. El problema no es solo el saqueo de los comederos, sino también el de los ponederos, ya que a las ratas les gusta comer los huevos. En masa y hambrientas, pueden también atacar a los pollitos y matar jóvenes ejemplares para comerlos…

¿La mejor protección? ¡La prevención!

Lo ideal sería que los cimientos y el suelo sean en hormigón o cemento de manera que impida las intrusiones de estos pequeños depredadores acostumbrados a cavar galerías. Otra solución provisional consiste en tapizar el suelo – bajo el gallinero, a condición de cubrirlo después de una arena gruesa – de un alambrado con pequeñas mallas sólidamente fijadas.

El corral también debe ser cuidadosamente cercado con un alambrado enterrado en el suelo a 40 o 50 cm de profundidad.

Finalmente, los roedores son atraídos por el grano, así que almacena tus reservas en barriles de plástico o en metal impermeables, y en lugar de dejar el alimento en acceso libre, alimenta a tus gallinas dos veces al día y vacía los comedores para la noche. Aunque por supuesto, la opción más eficaz es la de los comederos anti-ratas, que se abren solamente cuando la gallina pisa el pedal.

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